El viejo rey decide que su hijo ascenderá al trono. Éste, antes de recibir la corona, debe comprobar que puede ser un buen rey al encontrar lo más poderoso que hay en el mundo. El joven emprende el viaje de búsqueda y descubre que el fuego, el agua, el viento y la tierra (los elementos que conocían los antiguos) no son lo que busca, pues hay algo más valioso: la vida y los sentimientos.