En esta obra, quizá el momento culminante de su carrera, Rius ha magnificado sus consabidas virtudes -su humor ácido, sus dibujos y "recortajes", su lenguaje desenfadado, su amplio conocimiento de la historia y la política nacionales, y sus explicaciones accesibles a todo público- para exponer la corrupción de quienes han dirigido los designios de este país, desde Guadalupe Victoria hasta Peña Nieto y su Casa Blanca.