Comenzó como un niño prodigio, llegó a ser una especie de héroe nacional... y acabó considerado el enemigo público número uno. A los trece años, jugó la que muchos consideran «la partida del siglo», y un año después se convirtió en el campeón más joven de la historia de Estados Unidos. Su listado de logros siguió creciendo hasta culminar en el Campeonato Mundial de 1972, con su victoria contra Borís Spasski, una partida que resultó una perfecta metáfora de la Guerra Fría.