El comercio es una de las actividades que más han sido influenciadas por el fenómeno de la globalización, principalmente en los ámbitos de la oferta y la demanda.
Desde la década de 1980 las empresas entraron en un proceso de reestructuración que se caracteriza tanto por el uso de las tecnologías de la información y la comunicación (tic), como por una mayor exigencia de los consumidores con respecto a los bienes y servicios.