En el prólogo de la primera parte del Quijote, Cervantes nos dice que la historia del manchego se engendró en la cárcel donde toda incomodidad tiene su asiento y todo triste ruido hace su habitación.
A diferencia de don Quijote quien vive y lucha en libertad, el personaje de El pájaro que nació en una jaula quedó confinado dentro de sus límites naturales y no desea la libertad porque no conoce su significado ni para lo que sirve.