Son muchas las generaciones de lectores que han conocido a Julio Verne y a sus personajes, con los cuales han emprendido fabulosas aventuras y partido hacia sitios remotos. Muchos se han sumergido en mares subterráneos alucinantes, explorado bosques marinos erizados de algas gigantescas y de corales deslumbradores, entrevisto los cráteres helados y los ríos muertos de la Luna, penetrado a negras y solitarias cavernas o a castillos medievales.