La figura de Hernán Cortés despierta en los mexicanos reacciones extremas: la exaltación o el rechazo absoluto.
Frente al choque de culturas, unos consideran injusta y brutal la acción de los españoles, y ven a los indígenas como las víctimas; otros justifican el derecho de Cor-tés a la Conquista, imaginan sus actos como un a sucesión de hechos heroicos y hablan de que gracias a su victoria, México recibió los bienes de la cultura occidental.