En El filosofo entre los autófagos, Jacques Bouveresse se pregunta por el estado actual de la filosofía y advierte sobre los riesgos de la autofagia, es decir, de la conservación de la vida a expensas de la propia sustancia.
¿Podrá la filosofía después de haber sido sometida por los mismos filósofos a un estado de inanición, continuar sobreviviendo por largo tiempo a expensas de su propia sustancia?