No es posible saber cuándo un escritor miente; el modo como se vuelve un prestidigitador; un embaucador que; en el centro mismo de la tragedia; apuesta con la misma indiferencia monedas de verdad y mentira. no es gratuita; por tanto; la desconfianza que suscita su actividad; esa huidiza juglaría que roba las palabras del juego del sentido común para construir con ellas castillos.