La publicación de la primera edición de El origen de las especies en 1859 no sólo sacudió los cimientos de la ciencia natural, abriendo un nuevo camino para todas las disciplinas que se agrupaban bajo ese amplio sello y facilitando el nacimiento de muchas otras, sino que supuso también una auténtica revolución en la forma en que el ser humano se había entendido a sí mismo hasta la fecha.