Las Islas Galápagos, un solitario grupo de islas en la inmensidad del Océano Pacífico se han convertido en sinónimo de evolución y de Charles Darwin, aunque en realidad sólo pasó allí cinco semanas. Darwin culminó allí un largo viaje por las costas y algunos territorios de América del Sur. Cuando regresó a Inglaterra en 1836, Darwin empezó a recopilar sus ideas sobre los cambios de las especies en sus Cuadernos de/a Transmutación de las Especies.