Para la filosofo, Napoleón era la personificación misma de la historia cumpliendo su destino. Su carisma de líder, su genio de estratega, su talento de hombre de estado y su capacidad para encarnar el alma de los nuevos tiempos, como hombres hecho así mismo hijo de la Revolución, lo convirtieron en uno de los primeros héroes de la modernidad.