En este libro que completa su autobiografía La danza de la realidad, Alejandro Jodorowsky cuenta cómo conoció al maestro japonés Ejo Takata, quien lo inició en la meditación, en el budismo zen y en la enseñanza que transmiten los koans. Sin embargo, su aplicación práctica la aprendió de un reducido grupo de mujeres («magas») que nada tenían que ver con aquella doctrina filosófica y religiosa.