«El éxito de una nación se debe, a largo plazo, a la pureza de corazón de los hombres y mujeres que la componen» Isabel II. El 2 de junio de 1952, con tan solo veinticinco años, Isabel II fue coronada en la Abadía de Westminster (Londres). En principio, no tendría que haber sido reina, pero tras la abdicación de Eduardo VIII y la muerte de su padre, Jorge VI, ascendió al trono y demostró que su destino era convertirse en una de las mujeres más relevantes de nuestro tiempo.