Cuando el entonces héroe Porfirio días se aplastó en la silla presidencial era un jovenazo, pero con todo un plan y representando a una serie de intereses pacífico al país (relativamente), lo modernizó (más o menos), atrajo capitales extranjeros (con ganas), y consiguió pese a todo, cierto crecimiento económico que a fin de cuentas solo benefició a una minoría.