Tercer libro del Pentateuco, el Levítico, así denominado por los judíos de habla griega, contiene las prescripciones rituales que debían poner en práctica los sacerdotes de la tribu de Leví. A pesar de que el texto fue compuesto en el periodo post-exílico (alrededor del siglo V a.C.), su origen es mucho más antiguo.