David Huerta (1949-2022) ejerció con intensa madurez un oficio que no distingue entre las cuitas de la vida y las citas del arte, entre las grandes palabras de los especialistas y las pequeñas de nuestra especie, y cuyas décadas pasan con la velocidad de un corte de verso o un salto de página. Huerta es un poeta que decidió acercarse "a ver el corazón de estas materias" sin perder jamás su "sonrisa de animal joven".