Los robots inteligentes son producto de la fantasía de escritores y directores de cine... ¿O no? ¿Será posible construir seres artificiales o semiartificiales que piensen, que sientan, que tomen decisiones como lo hacemos nosotros, o aún mejor? ¿Seremos capaces de diseñar androides que sonrían ante una ironía o que hablen con sarcasmo? ¿Podrán estos seres convertirse en artistas plásticos, escritores, deportistas, políticos, actores? ¿Lograrán reproducirse a sí mismos y perfeccionarse generación tras generación? El futuro llegó hace rato.