LA NOVELA NO EXISTIÓ EN HIPANOAMÉRICA DURANTE LOS TRES SIGLOS DE SU PERIODO COLONIAL. LOS MONARCAS ESPAÑOLES SIEMPRE LA CONSIDERARON NOCIVA A LA RELIGIÓN Y A LAS BUENAS COSTUMBRES, PERO PESE AL SINNÚMERO DE RESTRICCIONES, NO CESÓ DE DE FLUIR UNA CORRIENTE SUBTERRÁNEA, QUE CONSISTIÁ EN EL CONTRABANDO DE NOVELAS CABALLERESCAS Y PASTORIALES.