El futuro del trabajo es femenino. ¿Por qué? Porque en el ámbito profesional cada vez serán más requeridas las habilidades femeninas, pues ningún robot será capaz de replicar las llamadas habilidades blandas, es decir, las emocionales y relacionales.
Las formas de organizar las empresas serán femeninas, porque las jerarquías rígidas y el mando vertical ya no funcionarán en un escenario complejo, rápido e incierto.