Tras el nacimiento de Renesmee (Mackenzie Foy) y la transformación de Bella (Kristen Stewart) en vampiresa, ésta trata de acoplarse poco a poco a su nueva vida inmortal y aceptar el hecho de que Jacob (Taylor Lautner) se imprimase de Renesmee y que le es imposible separarse de ella. Conforme pasan los días, la familia Cullen se preocupa por el rápido crecimiento de la pequeña, temiendo que sus días lleguen a su fin de manera precipitada.