En la rústica y salvaje vida de la frontera canadiense, en territorio Yukón, el entorno físico pasa a ser una representación del conflicto mismo entre la naturaleza y el ser humano; así, Colmillo blanco, una de las obras más célebres de Jack London, examina el violento mundo de los animales salvajes y el de los humanos, tocando temas complejos como la moral y la redención, pues la mayor parte de esta novela está escrita desde el punto de vista del personaje canino, lo que le permitió a London dar su visión de la forma en que los animales ven su entorno y a los seres humanos.