Numerosos estudios clínicos bien documentados evidencian que la vitamina C administrada en grandes dosis, tiene un extraordinario efecto antibiótico, tanto contra las infecciones virales como bacterianas, que combate el cáncer mucho más que la quimioterapia y que puede curar numerosas enfermedades cardiovasculares. La medicina oficial no tiene en cuenta estos efectos dado que al ser una sustancia no patentable, ningún laboratorio se interesa en invertir en estudios sobre ella. Una vez más, el sistema evita la realidad científica.