Ramiro Calle nos invita a adentrarnos en las regiones más íntimas de su pasado: sus abuelos, su infancia junto a sus padres y sus hermanos, Miguel Ángel y Pedro Luis, sus años de formación, su incansable búsqueda de paz interior y del eterno femenino, su centro de yoga Shadak, sus múltiples viajes a ese gran amor en forma de país que es la India, sus amigos y su iluminador presente con Luisa y su gato, Emile, "audaz volatinero y hábil manipulador".