Texto clásico de la literatura erótica del siglo XIX, La venus de las pieles es uno de los primeros relatos en mostrar sumisión masculina. Bajo el concepto de ultrasensualismo, que hoy podría traducirse como parafilia, Severino de Kusiemski, nuestro héroe en esta historia, se entrega por voluntad propia, como esclavo y como amante, a su amada Wanda de Dunaiew.
Severino no entiende el amor sino es a través de la esclavitud, y está dispuesto a sacrificar su dignidad en pos de mantener el amor de su mujer. Wanda, por su parte, acepta con cierto recelo, pero conforme se enfrenta a la disposición de su esclavo se da cuenta de los alcances de esta perversión. Para dar rienda suelta a sus desviaciones Wanda y Severino emprenden un viaje con el fin de realizar su fantasía dominatrix-escalvo. Es en este viaje donde cada uno conocerá sus propios límites, y el llevar su fantasía a las últimas consecuencias les hará enfrentarse consigo mismos, como si se develaran mutuamente sus verdaderos seres, pero ayudados de sus fantasmas y demonios.
El sufrimiento y el goce, la indiferencia y el placer, la soberbia y la sumisión, la sodomía y el amor, son contrarios que se complementan y afloran en los amantes. Wanda suele amarrar a Severino y azotarlo con un látigo, le pisa el cuello y lo desprecia, tiene encuentros con otros hombres y regresa a él. Severino la atiende como su ama que es, está siempre a su disposición, le obsequia su amor, su libertad, y se entrega a estos maltratos. Su ultrasensualismo, que por definición es algo más allá de los placeres provenientes de sus sentidos, su extremo sentir, lo encuentra sólo en esas vejaciones; sin poder evitarlo, las necesita, necesita la humillación, el desprecio, el dolor...
Leopold von Sacher-Masoch se dedicó al periodismo antes de ser novelista, escribió varios ensayos sobre las minorías étnicas en Europa que tuvieron gran aceptación y estima entre grandes intelectuales contemporáneos suyos, como Victor Hugo, Ibsen y Zola. Este relato autobiográfico lo expuso al escándalo, ya que mostraba en él sus preferencias sexuales, pero también llegó la fama, permitiendo que su obra se leyese y pudiera sobrevivir a lo largo del tiempo y llegar a nuestros días, en donde La venus de las pieles es ya un texto clásico sobre la sexualidad humana y obligado en el género de la literatura erótica.