Con título de leve procedencia gongorina y epígrafe de Quevedo, Juan José Arreola apareció con este libro en 1949.
Había publicado cuentos, poemas, reportajes y otros textos enigmáticos en periódicos y revistas del país desde 1939. Su obra primera tiene valor de pequeño oasis dentro de una zona particularmente desértica de la literatura mexicana que abarca esa década.