Como miembro de los satmar, una comunidad de judíos ultraortodoxos de Williamsburg (Brooklyn, Nueva York), Deborah Feldman crece bajo un estricto código de normas que rige desde su idioma #el yiddish# o su indumentaria hasta sus lecturas y las personas con las que se le permite relacionarse. Siendo adolescente, intuye que puede existir una forma de vida alternativa entre los rascacielos de Manhattan, y se debate entre la responsabilidad de ser una buena judía jasídica y sus anhelos de independencia, como los que anidan en las protagonistas de las novelas de Jane Austen o Louisa May Alcott que lee a escondidas de su familia. Pero pronto se ve atrapada en un matrimonio concertado que resulta frustrante, sexual y emocionalmente. Todo cambia cuando, a los diecinueve años, da a luz a su hijo y comprende que, a pesar de todos los obstáculos, ha de encontrar para ambos un camino hacia la libertad.