Dulce, amargo o con un toque de canela, el amor tiene muchos sabores. «La historia de este desastre es corta: me dijiste que no tenías corazón, y yo te ofrecí el mío». El amor puede ser muy dulce o tristemente amargo, lo que es innegable es que siempre volveremos a probarlo. Una tacita de ti te recordará esos amores que te cambiaron, aquellos que te rompieron el corazón, pero, sobre todo, te hará sumergirte en aquellos que te dejaron un sabor de boca inolvidable.