Rafael no puede conciliar el sueño. Los días pasan y no ha conseguido un nuevo empleo, a pesar de todos sus esfuerzos, Los problemas económicos se agudizan, mientras su vida familiar y matrimonial se desmorona.
En medio de su desesperación, el destino lo hace encontrarse nuevamente con Emanuel, su amigo de la infancia, quien lo defendía de los abusivos.