Trémolo era un músico apasionado que todos los días practicaba sin descansar. Sin embargo, lo que era música para sus oídos, para sus vecinos no era más que un insoportable ruido. Una noche, Trémolo fue hechizado por una adivina que estaba harta de su música, lo cual trajo un cambio muy importante no sólo en la vida de Trémolo, sino en la de toda la ciudad.