Cuenta la historia que en el monte, a la orilla del río, los animales, que se creen muy inteligentes, han decidido hacer un concurso para determinar quién es el más astuto de todos. Y han elegido como juez a Curumín, un niño nativo de la región que, por medio de acertijos, encontrará al ganador. Un ganador que, como sucede muchas veces, era el que parecía más tonto y el que tenía menos opciones de llevarse el premio.