La melancolía y sus tratamientos han sido objeto de debate a lo largo de diversas épocas: los antiguos señalaron que era producto de la bilis negra, un humos de la sangre que ocasionaba epilepsia, tristeza y lesiones cutáneas; en el mundo cristiano se la vio como la "extinción de la voz" del alma que atacaba a los anacoretas, a los recluidos y a las personas consagradas a la vida monástica, y en la época moderna se la estudió como una alteración de las principales funciones del sistema nervioso