Paul De Kruif, como médico bacteriólogo que posee grandes conocimientos, no se aparta de la verdad científica, y como escritor de pluma ágil y amena describe en los cazadores de microbios todos los tropiezos y vicisitudes con que lucharon catorce sabios de distinta nacionalidad, de tendencias y caracteres opuestos; pero todos héroes de la voluntad, hasta llegar a la meta propuesta.