Nunca polígrafo alguno ha logrado tanta abundancia ni tal éxito como Voltaire. Prodigiosamente flexible, su arte se plegaba sin dificultad a todos los medios de expresión: era poeta épico, dramaturgo en todos los géneros -con 53 obras representadas-, historiador excelente, crítico profundo, narrador satírico, fecundo escritor de cartas, memorialista y, sobre todo, filósofo.