El relato onírico pone en escena un mundo que surge a partir de un sueño y el misterioso poder que transmiten sus imágenes. En esta dimensión, se altera la lógica que impera en nuestra realidad; todo resulta extraño y confuso, incluso para el protagonista. Se abandona el universo ordenado según la ley de causa y efecto, y se pone en escena uno confuso, inestable, contradictorio, cambiante, inesperado, gobernado por la interioridad, y los instintos e intuiciones.