Lloro sobre el papiro, alejandría y hago ilegible la despedida, porque esa mañana de los tronos de oro, sobre esos niños ese adolescente, esa reina y ese espléndido imperator pasó el aliento inexorable de la muerte, respetando solamente ¿para qué? A la dueña de esta mano que te escribe, tu hija. Cleopatra selene