Detrás de la puerta del laboratorio diecinueve, Mirko pone en jaque las costumbres del equipo de investigación del Dr. Fernando Plazas. El modo particular con que Mirko mira el mundo hace que afloren emociones que no pueden controlar: Alejo y su intolerancia, Agustina y sus fantasmas, Lucrecia y sus deseos, Fernando y sus preguntas insaciables. Mientras tanto, los caracoles marinos animan a Mirko a encontrar su lugar entre los científicos.