Al inicio de este libro hay una advertencia: “La música y la letra de algunas canciones se han quedado en mí como si fueran lunares muy visibles en mi piel. Conforme pasan los años, veo que tengo más y más marcas en mi cuerpo”.
Una vez avisado, el lector puede iniciar una aventura sensorial regida por los títulos de las canciones que hay que escuchar al tiempo que inicia la lectura de cada una de las 22 historias de esta antología.