La relación viciosa autoridad-SNTE sobrevivió durante setenta años. No fue sino hasta 2012 que el gobierno federal tomó la iniciativa de romper esa inercia histórica y sentar las bases para una reestructuración profunda, pedagógica y administrativa, del sistema educativo. Asumir esa decisión fue un acto de valor político y ético que ha abierto nuevos horizontes a la educación nacional.