No todos los profesionales llegan a desempeñarse satisfactoriamente como docentes, pues muchos de ellos, por más conocimientos y deseos de enseñar que posean, desconocen, por lo general, las bases de la didáctica y la pedagogía. A menudo, esto les acarrea problemas en la exposición de sus clases y para retener la atención de los alumnos; el maestro obtiene del estudiante un mínimo de conocimiento y un máximo de indisciplina.