Enclaustrado en su refugio del abigarrado barrio parisiense del Sentier, un personaje solitario que mantendrá a lo largo de la obra unas curiosas relaciones afectivas con su invisible mujer alterna sus inquietudes políticas -a través de sus contactos con misteriosas organizaciones terroristas extranjeras- con la exposición de sus catastróficas previsiones ecológicas y unas apremiantes fantasías sexuales próximas al mundo infantil del creador de Alicia en el país de las maravillas.