Mediante un arte narrativo que se apodera de una serie de hechos al parecer insustanciales, y que roe, destruye y re elabora lo cotidiano, obligándolo a revelar sus significados latentes, Juan García Ponce nos da en estos relatos -dos de los cuales han sido llevados al cine- tres ejemplos deslumbrantes de su manera de sentir y pensar las palabras y, a través de las palabras la misma realidad.