Jordán aún no cumple seis años y ya tiene a los adultos con los pelos de punta, pues siempre anda en las alturas: se sube a los árboles, salta las rejas y la escalera es su mejor amiga. En la casa y en la escuela lo regañan, pero él responde que es más cuidadoso de lo que parece y que nunca, nunca se ha caído. En realidad, lo único que quiere es que lo admiren y que confíen en él.