Con Niebla estamos ante una novela filosófica, pero que se lee con placer.
En ella, Unamuno exhibe la vida indecisa y la incapacidad amorosa de un hombre, y entonces expone su objetivo como narrador: poner el alma de sus personajes bajo una lupa intelectual que desnuda sus intimidades, y escarba en ellas hasta configurar todo un cuadro palpitante de la condición humana en el que podemos sentirnos retratados.