Era estupendo volar, recorrer mundocole de noche en las horas de mayor audiencia. Me gustaba inspeccionar los colegios y los institutos nocturnos, deslizándome con la flotimoto por los pasillos a toda velocidad. Las nopersonas caminaban encogidas evitando mirarme, por si se me ocurría hacerles el test de emergencia; podían ser cualquier cosa, desde novilleros a repetidores crónicos. Entre los escombros, un grupo de cretipobres coman alrededor de un caldero humeante. Mi nombre es tresabel errequena y no hay nada más emocionante que ser delegada de curso.