Callum ya no está. Su mente ha desaparecido para siempre contagiada por la bacteria que portan todos los hombres. Pero no se ha ido del todo. Su cuerpo sigue ahí, justo frente a ella, recordándole lo maravilloso que fue conocerle, enamorarse de él y lo terrible que ha sido perderle. Amanda siente que le ha fallado a Callum. No ha podido salvarle de su sociedad sexista que quiere a los hombres como esclavos. Como si sus pensamientos fueran poca tortura, tiene a Callum justo frente a ella, recordándole a diario que le ha perdido. ¿Cómo puede superar su pérdida si tiene al hombre que ama justo frente a ella? Pero sus ojos ya no son los mismos. Su mirada ahora está vacía como la de cualquier otro hombre. ¿Qué puede hacer una mujer sola contra toda su sociedad para salvar al hombre que ama? No solo eso? ¿Qué puede hacer ella sola para terminar con una esclavitud sexista que después de conocer a Callum ve como una aberración contra los derechos humanos? A veces la guerra es la única respuesta.