Sanar implica mucho más que superar los retos que plantea una enfermedad.
Se trata, en realidad, de adoptar una forma de vida en la que tengamos activamente presente el bienestar de nuestra mente, nuestro cuerpo y nuestro espíritu. Los problemas de salud, al igual que las pérdidas, la soledad y otras crisis de la vida, suelen impulsarnos a emprender un viaje de empoderamiento personal.