Desde la antigüedad los mandalas han representado misticismo y son relacionados con lo divino y la búsqueda de la iluminación. A principios del siglo XX el Dr. Carl Gustav Jung, psicólogo suizo, pionero en la psicología profunda y padre de la psicología analítica, descubrió el efecto terapéutico de los mandalas y dedicó mucho tiempo a investigar sobre el efecto que causa en quienes los dibujan, colorean o construyen.