Poco antes de su muerte en 1645, el invicto espadachín Miyamoto Musashi se retiró a una cueva para vivir como ermitaño. Allí escribió cinco pergaminos en los que describía los «verdaderos principios» necesarios para la victoria en las artes marciales y en el campo de batalla.
En lugar de basarse en la religión o la teoría, Musashi basó sus escritos en su propia experiencia, observación y razón.