Corría el año 1866, y aunque Fiódor M. Dostoievski estaba enfrascado en la escritura de Crimen y castigo, se ve forzado a crear una novela más: El jugador. Es una historia gestada en condiciones muy complicadas, pues no en vano le fue dictada en poco más de una semana a su secretaria, taquígrafa personal y más tarde segunda esposa, Anna Grigórievna.